He escuchado el eco de la vida.
Púlsares con ritmo acompasados
al son de tambores africanos.
Negros universos estrellados
interpretando ancestrales cantos.
Todo en un latir de mi existencia.
He visto el camino sin pisar.
Pasos que han sido desahuciados
huellas sin marcas en los cimientos.
Dioses en cólera endemoniados
contra los mortales indefensos.
Mi ser luchando contra Goliat.
He sentido miedo en las heridas.
Un corazón que grita al oído
con latidos que laten vacíos.
Calma gélida, dolor dormido,
armaduras blancas, cuerpos fríos.
Solo queda el alma en mis pupilas.
« uVe.arias »